
LOS 10 MEJORES TIPS SOBRE SOSTENIBILIDAD Y RESPONSABILIDAD
En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales, la industria hotelera ti...
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha emitido una alerta naranja debido a la previsión de nieve, granizo, aguanieve y lluvias en diversas regiones del país. Esta situación representa desafíos significativos para el sector turístico y hotelero, afectando tanto a los viajeros como a los servicios locales.
Se indica cuando la tendencia del caudal de los ríos es ascendente y la persistencia de las lluvias generaría la posibilidad de ocurrencia de un evento hidrológico peligroso.
Es cuando el incremento del caudal es superior a los límites máximos. Se prevé posibles desbordes e inundaciones.
Las regiones bajo alerta incluyen áreas de la costa y la sierra peruana, conocidas por su riqueza cultural y atractivos naturales. Por ejemplo, Cusco, hogar de Machu Picchu, y Puno, con el lago Titicaca, podrían experimentar condiciones climáticas adversas que afecten las actividades turísticas.
Las condiciones climáticas adversas han generado daños en carreteras, puentes y servicios básicos, dificultando la movilidad y el acceso a destinos turísticos. Por ejemplo, en Áncash, las intensas lluvias han dañado tramos de la Carretera Central, afectando la conectividad con el Callejón de Huaylas. Además, en la costa peruana, los fuertes oleajes han obligado al cierre de más de 80 puertos, afectando el transporte marítimo y la pesca artesanal. 80,578 viviendas han sido afectadas, 3,178 quedaron destruidas y 20,331 han sido declaradas inhabitables. Las vías de comunicación también han sufrido daños considerables:
El Perú ha sido históricamente vulnerable a fenómenos climáticos que impactan significativamente su infraestructura. Por ejemplo, en 2017, el fenómeno de El Niño Costero causó daños estimados en más de $3.100 millones, afectando viviendas, carreteras y puentes. En un intento por mitigar estos desastres, el gobierno peruano anuncio, a mediados del año pasado, una inversión de $210 millones en infraestructura natural destinada a la recuperación de ecosistemas y la prevención de desbordes y huaicos. Estos proyectos, respaldados por acuerdos internacionales, buscan fortalecer la resiliencia del país frente a eventos climáticos adversos.
Para enfrentar esta crisis, el gobierno ha ampliado la reducción del IGV para hoteles y restaurantes, buscando aliviar la carga fiscal y fomentar la recuperación económica del sector. Además, se han destinado 500 millones de soles para la rehabilitación de infraestructura afectada y se ha reforzado el mantenimiento de las principales vías turísticas. También se han intensificado capacitaciones para operadores turísticos y arrendadores sobre normativas de seguridad y registro digital de huéspedes. Estas medidas también fueron aplicadas para intentar mitigar los fuertes diluvios e intensas lluvias que están afectando distintos sectores en el país.
Esta emergencia climática no solo presenta un problema en el ahora, sino que también a largo plazo, ya que los costos de reparación y reconstrucción, y los daños causados a las infraestructuras causaron un retraso y perdida en el sector hotelero turístico que causa preocupación. la recuperación total de las zonas afectadas, incluyendo carreteras, viviendas y servicios turísticos, podría tardar entre 12 y 24 meses, dependiendo de la magnitud de los daños y la efectividad de las obras. La experiencia previa con El Niño Costero de 2017 mostró que algunas regiones aún enfrentan problemas estructurales años después del evento. La situación actual exige una colaboración estrecha entre turistas, operadores turísticos y servicios hoteleros para garantizar la seguridad y bienestar de todos. Estar bien informado y preparado es clave para enfrentar estos desafíos y continuar disfrutando de las maravillas que el Perú ofrece.